Cada mañana me
despierto en la axila de este mundo extranjero. Si estoy hablando de este
mundo. Cuando somos pequeños nos dicen que seamos nosotros mismos, que seamos
únicos, y que estemos a gusto en nuestra piel. Justo cuando estamos
aceptándonos a nosotros mismos y encontrándonos a nosotros mismos, nos dicen
que somos diferentes y que ser diferente no está bien. Se nos dice que debemos
amarnos a nosotros mismos y nuestros defectos. Pero cuando estamos aprendiendo
a amarnos nos encontramos ser presionados por la sociedad. La sociedad nos dice
que el hombre perfecto es alto y construido con músculos grandes. Que la mujer
perfecta es una cierta forma y tamaño como una muñeca Barbie. Hombres y mujeres
van a medidas extremas para perseguir lo que llaman la “imagen perfecta” que en
realidad no es perfecta. ¿En qué clase de mundo vivimos? En un mundo donde en
vez de aceptar y apoyar el uno al otro, rompemos unos a otros haciendo unos a
otros conscientes de sí mismos. En lugar de mostrar nuestra individualidad, nos
escondemos en nuestras conchas. Nos escondemos y tratamos de seguir el resto de
la gente. La mayoría de nosotros muremos en nuestras conchas. Hay solo un
puñado que salín de sus conchas y muestran lo que realmente son. Aunque estamos
presionados por la sociedad para actuar, creer y pensar de una determinada
manera, te estoy diciendo que no hay nada más hermoso o y perfecto que ser uno
mismo. No nos damos cuenta de que la imagen perfecta que deberíamos estar
persiguiendo es el individualismo, y no de ser un cierto tamaño y forma. Es
mejor ser diferente que ser igual. Sale de tu concha y deja que todos vean el
verdadero tú. Toma tus defectos, unicidad, y tu individualismo y abraza los,
todo eso es lo que te hacen tú. Tú decides quien eres, no la sociedad.
-Zaira Arteaga Juarez
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